Los niños, ante todo, tienen que divertirse, porque si no se divierten no aprenden. Trabajar el equilibrio, la
bilateralidad, la coordinación, los reflejos, la flexibilidad y la fortaleza física y mental son los objetivos. No se les enseña
a golpear porque la respuesta no está en las manos, sino en la actitud.
Los miedos y superar la intolerancia a la frustración son los mayores retos que deben superar.
VALORES
1 SONKEI (RESPETO)
En primer lugar por uno mismo, después con los demás. Ser asertivo consiste en lograr comunicar con respeto a los
demás, pero sin quedar sometidos a personas con ideas diferentes a las nuestras. Por lo tanto, podemos comunicar
nuestros pensamientos, sentimientos e intenciones defendiendo nuestros intereses aunque no coincidan con los de los
demás. Tenemos derecho a equivocarnos y a rectificar.
2. KYOKAN (EMPATÍA)
Ponernos en el lugar del compañero nos permite entenderlo, ayudarlo y conocernos a nosotros mismos.
3. DORYOKU (ESFUERZO)
Conocer nuestras virtudes y nuestros defectos es esencial para progresar y mejorar. Técnicamente nuestra filosofía
opta por invertir más tiempo en desarrollar las virtudes de cada persona, en lugar de corregir sus defectos. Lo primero
que hacemos es analizar cuáles son nuestros miedos.
4. NINTAI (PACIENCIA)
El conocimiento requiere entrenamiento, la asimilación e interiorización del conocimiento requiere tiempo y madurez.
5. KENKYO (HUMILDAD)
Virtud que consiste en ser conscientes de nuestras limitaciones e insuficiencias y en actuar de acuerdo con tal
conciencia, sin presumir de tus logros. El único objetivo de adquirir conocimientos es aprender a transmitirlos.